En nuestras vidas y ministerios, a menudo nos enfrentamos a desafíos que parecen insuperables y a tareas que parecen demasiado grandes para nuestras fuerzas. Es fácil caer en la trampa de confiar en nuestras estrategias, habilidades y esfuerzos. Sin embargo, Dios nos llama a una forma de dependencia radical y sobrenatural: confiar en Su Espíritu.

El Espíritu Santo es quien nos capacita, nos guía y nos fortalece en cada paso de la misión. Es a través de Su poder que podemos superar obstáculos, transformar corazones y ver el avance del Reino de Dios. Al dejar de depender de nuestras propias fuerzas y comenzar a depender del Espíritu Santo, permitimos que Dios obre de maneras que van más allá de lo que podríamos imaginar o lograr por nosotros mismos. Esta verdad nos invita a una vida de oración, humildad y entrega total a Dios; recordándonos que aunque nuestros esfuerzos son importantes, es el Espíritu Santo quien realmente hace la obra.

Por eso, en estos 4 días profundizaremos en la dependencia del Espíritu Santo en cada paso de nuestra labor misionera. Aprenderemos a discernir Su voz y a seguir Su dirección con valentía y confianza. Juntos, exploraremos formas creativas y efectivas para cumplir con la Gran Comisión, especialmente en tiempos de crisis política, social y económica. Seremos desafiados a ser sensibles a la obra del Espíritu Santo y a encontrar nuevas estrategias para movilizarnos por los no alcanzados.

Saldrás de este evento no solo inspirado, sino también equipado para movilizar a otros, llevando el mensaje del Evangelio con una nueva pasión y dependencia del Espíritu Santo.

¡Nos vemos en Hechos 2024!