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CREEMOS

Nuestras Creencias

Como Iglesia Alianza Cristiana & Misionera Colombiana estamos constituidos por personas naturales que adoptamos la doctrina trinitaria y cristocéntrica con énfasis misionero. Tenemos la Sagrada Biblia como suprema autoridad, como marco conceptual y base fundamental de nuestros principios.

EL EVANGELIO CUÁDRUPLE, CRISTO COMO:

Nuestro Salvador
Nuestro Salvador

"Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos."

Hechos 4:12

Nuestro Santificador
Nuestro Santificador

"Mas por Él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención."

1 Corintios 1:30

Nuestro Sanador
Nuestro Sanador

"Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.”

Santiago 5:15

Nuestro Rey que viene
Nuestro Rey que viene

"Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto ir al cielo."

Hechos 1:11b

Declaración de Fe

La Iglesia Alianza Cristiana y Misionera Colombiana es una comunidad cristiana evangélica de doctrina cristocéntrica y énfasis misionero. Tiene como base y autoridad suprema todo lo relacionado con la fe y la vida práctica de la iglesia local, por lo tanto, creemos que:

• Hay un Dios, quien es infinitamente perfecto y existe eternamente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Deuteronomio 6:4; Mateo 5:48, 28:19.

• Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre. Fue concebido del Espíritu Santo y nació de la Virgen María. Murió en la cruz, el justo por los injustos, como sacrificio sustitutivo y todos los que creen en Él, son justificados por medio de su sangre vertida; resucitó de entre los muertos según las escrituras. Actualmente está a la diestra de Dios Padre como nuestro gran Sumo Sacerdote. Vendrá otra vez para establecer su Reino de justicia y paz. Deuteronomio 6:4; Mateo 5:48, 28:19.

• El Espíritu Santo es una persona divina enviado para morar en el creyente para guiarle, enseñarle, darle poder y para convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio. Hebreos 9:14; 1 Corintios 2:10-11; Miqueas 3:8; Salmos 137:9-10; Génesis 1:2; Juan 16:8.

• El Antiguo y Nuevo Testamento son infalibles, tales como fueron dados originalmente; fueron inspirados por Dios y son una revelación completa de la voluntad de Dios para la salvación de los hombres, constituyen la única regla divina de fe y la práctica de la vida cristiana. 2 Timoteo 3:16-17; 2 Pedro 1:21.

• El hombre fue creado originalmente a imagen y semejanza de Dios, cayó por su desobediencia y así incurrió en la muerte, tanto física como espiritual. Todo hombre nace con una naturaleza pecaminosa, está separado de la vida de Dios y puede ser salvo solo por la obra expiatoria del Señor Jesucristo a los que creen en él. El destino de los que rechazan la obra de Cristo en la cruz del calvario es la existencia eterna en sufrimiento consciente; y del creyente, es de gozo y dicha eterna. Génesis 1:26-27; 3:1-24; Romanos 3:23, 5:12, 6:23.

• La salvación se ha provisto por medio de Jesucristo para todos los hombres. Los que se arrepienten y creen en Él, nacen de nuevo por medio del Espíritu Santo, reciben el Don de la vida eterna y llegan a ser hijos de Dios. Hechos 2:21; 4:12; 10:43; 2 Corintios 5:17; 1 Timoteo 2:4.

• Es la voluntad de Dios que todo creyente sea lleno del Espíritu Santo y enteramente santificado, separado del pecado y del mundo, y completamente dedicado a la voluntad de Dios, y así recibirá poder para vivir en santidad y servir eficazmente. Esta experiencia es progresiva y a la vez una crisis, efectuada en la vida del creyente después de su conversión. Hechos 1:8; Efesios 5:18; 1 Pedro 1:15-16; Levíticos 11:44; 20:7; 1 Corintios 1:2.

• Hay provisión en la obra redentora del Señor Jesucristo para la sanidad del cuerpo mortal. La oración por los enfermos y el ungimiento con aceite son enseñados en las Escrituras y son privilegios de la iglesia para el presente siglo. Isaías 53: 2-5, Santiago 5:13-14; Lucas 4:18-19.

• La Iglesia está compuesta de todos aquellos que creen en el Señor Jesucristo que han sido redimidos por su sangre. Cristo es la cabeza del cuerpo, la iglesia es el cuerpo y ha sido comisionada por Él, para ir a todo el mundo a dar testimonio, predicando el evangelio a toda criatura. Efesios 1:20-23; 5:23; Colosenses 1:13-14; Tito 2:14; Mateo 28:18-20; Hechos 1:8.

• La iglesia local es una comunidad de creyentes en Cristo que se reúnen para la adoración a Dios, la edificación por medio de la Palabra de Dios, la oración, la comunión, la proclamación del evangelio y la celebración de las ordenanzas del Bautismo y la Santa Cena. Hechos 2:42; Mateo 28:18-20.

• Habrá una resurrección corporal de los justos y de los injustos, para los justos será una resurrección de vida eterna; y para los injustos, una resurrección de muerte eterna. 1 Corintios 15:19-22; 1 Tesalonicenses 4:13-18; Apocalipsis 20:11-15.

• La segunda venida del Señor Jesucristo es inminente y será personal y visible. Esta es la esperanza gloriosa del creyente y es una verdad vital que le impulsa a una vida santa y un servicio excelente. 1 Tesalonicenses 4:16-18; Mateo 24:29-30; Apocalipsis 1:7.

• La Sagrada Biblia se refiere a las revelaciones divinas consignadas por escrito en distintas épocas, personajes, idiomas y lugares formando así una fuente de autoridad y regla de fe para el pueblo de Dios. La Sagrada Biblia nos muestra el camino infalible que nos lleva a nuestro destino eterno. 2 Timoteo; Juan 17:17.

• La inspiración es la intervención divina especial sobre los hombres escogidos por Dios para escribir su mensaje que los guardará del error en la comunicación de la revelación divina. La inspiración de toda la Biblia y de cada uno de los autores sagrados es obra del Espíritu Santo. Isaías 11:2; Juan 20:31; 1 Corintios 2:11; 2 Timoteo 3:16; 2 Pedro 1:21; Apocalipsis 1:1-3, 10-11.

• La autoridad de las Sagradas Escrituras se constituyen en norma de fe y fundamento en todo lo relacionado con la práctica de la vida cristiana. La autoridad Divina del Antiguo y Nuevo Testamento se apoya en el testimonio de los profetas, Cristo y los apóstoles. Lucas 24:27; 32:44; Efesios 2:20, Juan 16:12-13; 20:31.

• La justicia de Dios es una de las manifestaciones de la naturaleza perfecta y pura de Dios hacia el hombre pecador. Romanos 1:17; 2:5-11; 8:20-21; 10:3; Apocalipsis 20:12.

• El pecado es la realidad triste y terrible en la vida del hombre por transgredir la ley de Dios o por falta de conformidad a ella, que trae como consecuencia su separación de Dios. Isaías 59:2-5; Romanos 3:23; 5:12; 1 Juan 3:4.

• El castigo eterno es la retribución de no haber aceptado la gracia divina, habiendo rechazado el sacrificio de Cristo en la cruz del calvario. Mateo 25:41; Lucas 16:19-31; Apocalipsis 20:15; Romanos 2:6.

• La justificación es el acto legal de Dios hacia los hombres, por lo cual los declaró libres de culpa, pena y castigo a causa del pecado, mediante los méritos del sacrificio de Jesucristo. Romanos 3:24; 5:21; 6:6-7; Efesios 1:7; 2:8; 1 Corintios 1:30.

• La salvación es la liberación del estado pecaminoso y culpable del hombre por medio de la fe, en el sacrificio de Jesucristo, por cuanto derramó su sangre en la cruz del calvario en expiación de nuestros pecados. Para ser salvo es necesario volverse a Jesucristo, por la fe, en esperanza y confesión. Efesios 2:8- 9; Hebreos 9:11-14. Cristo nos libra de: La esclavitud del pecado, Romanos 6:12-14; la culpa del pecado, Isaías 6:7, 43:25;  la ira de Dios, Romanos 5:9, 1 Tesalonicenses 1:10; el castigo eterno, Juan 3:18; la maldición de la ley Romanos 8:2; una mala conciencia, Hebreos 9:14, 10:22; un corazón maligno que es la fuente de todo pecado, Ezequiel 36:25-27; el temor a la muerte, Hebreos 2:14-15; el poder del reino de Satanás, Hechos 26:17-18; la muerte eterna, Juan 11:25-26, Romanos 6:23, 2 Timoteo 1:9-10.