En la familia Aliancista entendemos que “El servicio que nace del corazón nos mueve a ayudar al prójimo”, y de este modo honrar a Jesús al vivir y compartir Su amor en palabra y hecho, trayendo esperanza y salvación a nuestras comunidades.
Identifiquemos las difíciles situaciones y realidades en las que se encuentran nuestras sedes y cómo por medio de nuestra generosidad podemos aportar para que la luz del evangelio brille en los corazones más necesitados. Celebremos la Ofrenda de Fin de Año llevando a cabo cientos de impactos sociales desde cada una de nuestras sedes, de manera simultánea.
¡Dios no es un secreto para guardar sino una verdad para compartir! Seamos activos y generosos para que hagamos público el poder de Dios y extendamos Su reino al bendecir a nuestras comunidades. Aunque podamos sentir que es muy poco lo que tenemos frente a las grandes necesidades que existen, confiemos que Dios hará milagros. En tu iglesia local, enciende tu luz por aquellos que viven en oscuridad.
“Ustedes son la luz de este mundo. Una ciudad en lo alto de un cerro no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón; antes bien, se la pone en alto para que alumbre a todos los que están en la casa. Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo” - MATEO 5:14-16