Todo creyente en Dios ha sido llamado para vivir y compartir a Jesús, este llamado comprende en ser y hacer discípulos, guiados por el mandato que se nos entregó en Mateo 28:19-20, cuya misión es clara y poderosa; es por ello que nuestra tarea principal como iglesia es cumplir esta Gran Comisión, implementando la cultura del discipulado dentro de nuestras iglesias locales, siendo obedientes al modelo de Jesús: Relacional, de Transformación y Multiplicación.

Obedeciendo al llamado del discipulado es una respuesta activa y comprometida que estamos asumiendo como familia Aliancista frente a la necesidad apremiante de recuperar el enfoque misional de ser y hacer discípulos de todas las naciones. Esto nos lleva a enfocarnos en ser una iglesia con una profunda pasión por la oración guiada por el poder del Espíritu Santo, que trabaja en alcanzar las nuevas generaciones, fomenta la evangelización como una responsabilidad apremiante y desarrolla un discipulado efectivo a través de una ruta clara de crecimiento espiritual y ministerial, donde cada creyente experimenta la cultura del discipulado, la cual permite evidenciar un cuidado pastoral asertivo, junto con la plantación y multiplicación de iglesias saludables.