Así Es Su Amor
Por más difícil que sea la situación a la que nos enfrentemos Dios siempre está dispuesto a ser nuestro refugio y nuestra salida, aún en esos momentos donde todo parece terminar, siempre se glorificará su nombre.
Cuán doloroso puede ser para cualquiera de nosotros contemplar a un hijo que apenas está iniciando su vida agonizar en un hospital y aunque parezca contradictorio son circunstancias reales y para Asmed Suárez el padre de Juan Sebastián es difícil ver el estado en que se encuentra su pequeño hijo en la unidad de cuidados intensivos, razón por la que decide salir de la sala y al cruzar la puerta se encuentra un hombre desconocido que le ofrece ayuda, Asmed lo mira de pies a cabeza y se queda pensando en que le podría ayudar, pero en medio de lágrimas accede a escuchar lo que aquel hombre tenía para él:
“yo sé que el caso de su hijo es muy complicado y si tiene que llorar, llore todo lo que necesite hasta que descanse su corazón, luego arrodíllese y pídale perdón a Dios y al Espíritu Santo que le de fuerza, luego volverá a entrar donde su hijo y después me contara cómo se sintió”.
Esa misma tarde Asmed se sintió con la fuerza suficiente para entrar hasta donde su hijo, abrazarlo y decirle que con la ayuda de Dios iban a salir adelante, porque solamente en Él estaba su fortaleza.
Juan Sebastián tiene 8 años de edad, nació sano pero a su corta edad se enfrentó valientemente a una criptococosis y a una meningitis severa, infecciones que atacan el sistema nervioso inflamando el cerebro y la médula espinal, causando daños irreversibles en muchos casos; una prueba difícil para un niño de su edad y un drama complicado para su familia que busca una esperanza en la medicina para que él pueda sobrevivir, marcandolo hasta ahora con cerca de doce cirugías en un periodo de siete meses, la última de ellas lo tiene en esta sala de cuidados intensivos y con muy pocas probabilidades de salir con vida.
Por dos meses permanece conectado a distintos equipos que lo mantienen con vida, sus padres se reúnen con el médico para recibir noticias no muy alentadoras acerca de la salud de su hijo y toman una decisión dolorosa, ya que el dictamen médico dice que el niño no se levantará ni volverá en sí y por el bienestar tanto de Sebastián y de ellos mismos como familia deben desconectarlo porque su condición era irreversible.
“Con toda la fuerza que Dios me había dado, porque yo sabía que existía un Dios verdadero, le dije al doctor: - ustedes en verdad ya hicieron lo posible, ahora espero lo que viene de parte de Dios que es lo imposible, desconéctenlo” Fueron las asombrosas y desafiantes palabras del padre.
Con angustia y profunda tristeza, Alicia Cano madre de Sebastián, no podía parar de llorar, situación contraria a la de su esposo Asmed quien contaba con una paz que solo provenía de lo alto, pues con fe y seguridad de lo que Dios podía hacer le manifestó: “Nosotros sabemos que hay un Dios grande, un Dios de amor y Él nos va salvar a nuestro hijo”.
Sebastián fue desconectado y retirado de la unidad de cuidados intensivos, ahora solo era cuestión de horas para que finalmente descansara para siempre, sin embargo el poder de Dios transforma cualquier circunstancia cuando activamos nuestra fe, cuando tenemos la seguridad de que Él es nuestro respaldo y que tiene todo bajo control, pues 24 horas después de haber sido desconectado y en contra de cualquier lógica humana, Sebastián abrió los ojos y reaccionó, estaba consciente, habló con su padre y la enfermera que presenció aquel momento, asombrada lloraba al ver aquel niño que había sido desahuciado levantarse.
Sebastián es la demostración más grande del maravilloso poder sobrenatural de Dios, esta es la única explicación que pueden dar los médicos ante este inusual caso, hoy lo llaman Milagrito, y es la alegría de su familia y testimonio del poder sobrenatural de Dios para su comunidad, en el corregimiento del Caguán en la ciudad de Neiva.
Ahora la vida entera de esta familia está llena de dicha por haber visto la mano sanadora de Dios obrar directamente en su hijo, Sebastián hoy refleja la alegría en sus ojos e inunda de nuevo todo su hogar con sonrisas. Su recuperación es notable, todos los que lo rodean no dejan de admirarse y agradecer por esta bendición manifestada en la vida del niño.
Asmed mirando hacia el cielo expresa que lo más lindo que le ha pasado es abrir su corazón al Padre, porque sabe que Él nos ama de manera incondicional y nos ayuda ante cualquier dificultad, declarando que su mayor orgullo y felicidad es amar a Dios con todo su corazón.
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