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Misiones Amazonas

De misión en Amazonas: “Viaje de pocos días, experiencia para toda la vida”

La familia Meneses Forero hacen parte de la primera generación de obreros interculturales egresados del A. B.Simpson; del 28 marzo al 18 de mayo estuvieron realizando un viaje exploratorio al corregimiento de La Chorrera, en Amazonas, y aquí nos cuentan cómo un viaje de pocos días es una experiencia para toda la vida.

Nuestra primera impresión

Estábamos listos en el aeropuerto de San José del Guaviare a las 10:00 a.m. Subimos al avión y después de una hora con 45 minutos estábamos aterrizando en la pista de La Chorrera. Allí nos esperaba el pastor misionero Ramiro Calderon, quien nos dio la bienvenida. Su esposa Mari Luz y su hija Sofía nos estaban esperando en la casa.

Nuestra primera impresión fue: “Esto es Colombia, pero todo es diferente”. El medio de transporte son canoas, las casas son en madera, a la orilla del río las personas se bañan, pescan y lavan sin agua potable ni acueducto. Con un clima entre 28° a 35° grados y con mucha humedad en este lugar pareciera que no hay afán por el tiempo y otras preocupaciones. Nosotros llegamos con actitud de aprender y aprovechar la posibilidad de ser ayuda durante nuestra estadía, todo lo preguntamos y nos dejábamos guiar por la familia Misionera.

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La Chorrera

La Chorrera es un área no municipalizada colombiana, ubicada en el departamento de Amazonas. Cuenta con una población de un poco más de 3.000 habitantes. Se encuentran asentados los pueblos indígenas Uitoto, Bora y Ocaina. El corregimiento está a orillas del Río Igara Paraná. La Chorrera en el casco urbano tiene 22 comunidades del Resguardo Predio Putumayo, cuenta con un hospital de nivel 1, colegio con escolaridad hasta grado 11, convento de monjas, la iglesia católica con presencia de un catequista en cada comunidad.

En el primer piso de una casa, una familia nos presta el lugar para realizar las celebraciones y discipulado, nuestra primera petición de oración es por una pareja que pueda ir a largo plazo para realizar procesos de discipulados y llegar a las 10 comunidades de alrededor. Encontramos una gran necesidad con los niños, los jóvenes tienen serios problemas con las drogas y hay mucho abandono de los adultos de la tercera edad. Realizamos visitas, escuchamos a las personas y les animamos a que continúen creciendo en la fe.

Puerto Milán

Es la primera comunidad que se declaró cristiana ante las demás comunidades y la Iglesia católica. Ha sido todo un proceso desde que recibieron el evangelio y aunque son muy receptivos siguen luchando por ser buen testimonio entre ellos mismos y para las demás comunidades. Entre el sincretismo y el animismo, Dios se ha venido revelando y dándoles entendimiento. En esta comunidad ya hay un grupo de bautizados a los cuales animamos a que se capaciten y asuman liderazgo. Compartimos con ellos en las reuniones los domingos a las 9:00 a.m. Les acompañamos a visitar las casas y la maloka, todo un fin de semana nos involucramos en un torneo de fútbol con ellos. 

La familia misionera se encuentra en construcción de la casa misionera. Fue gratificante ayudar a pegar tablas, cocinar, desyerbar, sembrar algunas semillas, ir a recoger tierra negra, recoger piedras para arreglar la entrada, colaborar con la hechura de la cama de los pastores entre otras actividades.

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Visita a la Comunidad de Ocim

Orlando, Trinidad y Astrid son una familia nativa de Puerto Milán, quienes se sumaron a la invitación. Desde Chorrera río abajo viajamos durante 5 horas y media, allí nos recibió el señor Gilberto, líder espiritual de esta comunidad y delegado por la Iglesia católica. La comunidad nos estaba esperando, ellos se organizaron de tal manera que pudimos compartir con los invitados el mayor tiempo posible.

Cada día nos disponíamos a vivir con ellos su cotidianidad, como el madrugar a revisar qué habían pescado, degustar un desayuno típico, recoger algunas frutas del lugar, recoger coca para luego tostarla y sacar el mambe, las mujeres se encargaban de cocinar y de cuidar a los niños, de hacer peines para el techo de la maloca, de tejer canastos, de hacer casabe y fariña. En la tarde era el momento más esperado por todos, ya que disfrutamos de jugar fútbol, ir a bañarnos al río y luego todos estábamos listos para aprender de la palabra de Dios. Con apoyo de algún video o película compartimos como una sola familia.

Fue un tiempo de mucho aprendizaje, de ver la sencillez de cada persona, el respeto y deseo por querer aprender y conocer más a Dios. Les encanta el fútbol, parecen incansables, les gusta mucho la televisión y uno de los pedidos fue que les llevemos películas como La pasión de Cristo. Ellos sienten que aprenden con mayor facilidad, son muy felices en el río y aman la naturaleza.

Celebración de Aniversario

En el transcurso de la semana, las 22 comunidades se desplazaron a La Chorrera a festejar el día 23 de abril, el aniversario número XXXIII de la entrega del Resguardo Predio Putumayo. Aprovechamos para ver sus desfiles, bailes típicos, comida, artesanías y deportes, cerrando este tiempo con un baile en la maloca de Chorrera. Gracias a nuestro buen Dios quien nos llevó y nos trajo en todo tiempo, sentimos su cuidado y protección. Gracias por ir con nosotros en esta linda oportunidad de ser bendición para nuestros hermanos en la selva colombiana.

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¡Seguimos en misión!

Para que la semilla allí sembrada en La Chorrera de fruto, queremos invitar a toda nuestra Familia Aliancista a unirse en las siguientes peticiones: 

Oremos por una pareja para que trabaje en proceso de discipulado en La Chorrera y las comunidades de alrededor. 

Oremos por provisión de ropa, con algunas donaciones desde Bogotá se les pudo vender y tener una base para pagar el kilaje de futuros envíos.

Oremos por la familia misionera: Ramiro Calderón, su esposa Mari Luz Cano y sus hijos Sofía y Samuel.

Oremos por revelación y convicción en la palabra de Dios para cada habitante de esta comunidad.