Dios Trabaja En Nuestros Sueños
Permanecer en los caminos de Dios es el privilegio más grande al que podemos acceder, teniendo en cuenta que nuestra vida depende de Él, ya que nos la dio y no existe nadie mejor que su hijo Jesús para guiarnos hacia una vida victoriosa, porque Él tiene planes de bien y no de mal para nosotros.
Lourdes hasta hace algunos años vivió en una casa muy humilde en el sur de la ciudad de Bogotá, donde en medio de profundas necesidades económicas decidió retomar las bases cristianas que sus padres habían inculcado en ella desde niña. Desde aquel momento, Dios no sólo restauró su vida espiritual sino que abrió su corazón para servir con todo lo que le daría bajo su cuidado y a través de ello realizar sus sueños.
Con una sonrisa que se contagia y una emoción que embarga todo su hogar, Lourdes comparte la fidelidad incesante de parte de Dios en su vida, mientras observa con detenimiento la pared de su habitación, donde en fotografías reposan sus sueños a nivel espiritual, familiar y personal, aquellos que nacieron en su corazón pero que es consciente que en sus propias fuerzas no lograría cumplir; es por eso que ella decidió dejarlos en las manos de Dios que todo lo puede; con determinación, ella en sus oraciones seguía soñando y entre sus peticiones le pedía al Señor que le otorgará el lugar que deseaba, una casa de campo adornada por distintas flores y donde pudiera respirar aire puro, un lugar para poner al servicio de Dios.
Es así como Dios en su perfecta voluntad le permitió a Lourdes regresar a aquel lugar donde pasó su niñez, en el corregimiento de Zuluaga, Huila, para hacerle partícipe de las bendiciones que ya estaba preparando para ella.
Allí conoció a nuestra extensa familia Aliancista, actualmente desarrolla su ministerio con actitud de servicio y entrega en la oración intercesora. El sueño colectivo de esta iglesia, era tener un lugar propio de adoración, de manera que reuniendo esfuerzos realizaron una siembra colectiva con el objetivo de construir el nuevo templo, gracias a la bondad de Dios y la disposición de cada miembro, pudieron verlo hecho realidad. Lourdes se enfocó en ser parte del sueño de Dios y fue ahí donde Él empezó a trabajar en sus sueños.
Y uno de sus sueños, muestra la sobresaliente fidelidad de Dios para aquella mujer y su familia, al tener la oportunidad de vivir en su lugar soñado, ubicado en la zona rural de Zuluaga. Una finca llena de flores, donde se respira vida y prosperidad, donde además ha visto la provisión divina de parte Dios en muchas ocasiones, es un verdadero paraíso que comparte con todos los que por allí pasan y testifica con gozo lo que significa para ella participar de las bendiciones de nuestro buen Dios, desde el momento que decidió confiar su vida entera al mensaje de la cruz.
Servir con lo que Dios ha puesto en nuestras manos es la mejor decisión que podemos tomar. Cuando demostramos fidelidad incondicional para contribuir en los propósitos del Padre, Él se manifiesta en nosotros; realmente nada de lo que tenemos nos pertenece, todo lo que existe es un regalo de parte de Dios y compartirlo con otras personas produce una gran felicidad si lo hacemos de corazón, convirtiéndonos en un testimonio real para quienes están a nuestro alrededor y de desafío para que pongan sus sueños en las manos de aquel que todo lo puede.
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