Equipando Nuestros Corazones
Entrega, llamado, servicio, sacrificio, amor, carácter y fortaleza son algunos de los elementos que deberíamos incluir en nuestra maleta a la hora de emprender un viaje.
Aunque muchos se estarán preguntando para qué nos serían útil estos elementos en un viaje, vamos a conocer qué papel jugaron en los recorridos realizados por algunos hermanos Aliancistas durante la Semana Santa. Sus desplazamientos a ciertos lugares de Colombia no fueron especialmente con fines vacacionales, sin embargo, ellos disfrutaron este tiempo igual que un merecido descanso; la felicidad y satisfacción de estos viajes no vienen por sensaciones físicas, sino por profundos sentimientos que solo se experimentan si nos equipamos con los elementos mencionados al principio, porque son las herramientas más importantes a la hora de realizar un viaje misionero transcultural.
“Resultó muy satisfactorio llegar a distintos lugares que ninguno de nosotros conocíamos, pero Dios comenzó a tratar con cada uno a nivel personal, el poder entrar a una nueva cultura diferente a nuestras comodidades nos permitió ampliar nuestra visión.”
Orfeny Carabali Viajó desde Suárez, Cauca, hasta la población de Silva, por el río Cajambre.
Dios preparó los lugares y cada una de las personas que serían parte de esta experiencia con el objetivo de dar a conocer el amor de Jesús a muchas personas, asimismo lograr que los participantes vayan tomando el aprendizaje necesario sobre el equipamiento que deben tener a la hora de realizar misiones en contextos diferentes.
Un grupo de jóvenes logró desplazarse hasta Cajambre, un lugar del pacífico que les brindó una experiencia maravillosa al salir de las costumbres y comodidades tradicionales de los lugares provenientes; muchos manifestaron temores por todo lo que implica estar en poblaciones totalmente desconocidas, pero la confianza en Aquel que les dio el llamado hizo más especial el poder realizar esta experiencia transcultural, en Él tenían su fortaleza para ir con valentía y con la certeza que todo saldría perfecto.
“La recepción fue muy acogedora, estuvieron muy pendientes de cada uno de nosotros, nos supieron sacar grandes sonrisas, los niños son muy especiales y todos realmente nos quedamos muy enamorados de Cajambre, su gente, sus paisajes, todo es lindo, realmente fue una bendición esta experiencia”.
Melba Lucy Mápura realizó su primer viaje misionero transcultural.
Evangelizaciones, alboradas, ayunos y vigilias hicieron parte de las actividades que permitieron fortalecer esta práctica misionera, en muchos lugares se pudieron resaltar y empoderar los valores Aliancistas, asumiendo el compromiso de extender nuestra visión hasta lo último de la tierra.
“Pudimos trabajar todos en pro de un mismo objetivo, el de compartir el amor de Dios y cumplir con la gran comisión.”
David Bedoya vivió esta experiencia con un equipo de personas provenientes de distintas partes de Colombia.
En este tipo de viajes y más cuando el propósito es realizar la obra de Dios, suelen levantarse voces de desánimo y duda que buscan obstaculizar la tarea, este fue el caso de quienes se desplazaron a sectores donde hay dificultades de orden público, pues no es fácil permanecer en un lugar bajo el sonido de los disparos sin tener temor alguno, pero aún así esto motivó mucho más para realizar la tarea con valor y con el claro convencimiento que la verdadera solución a muchos problemas de este tipo en nuestro país es el mensaje de salvación.
También se logró compartir la palabra de Dios en otro destino ubicado en El Socorro, Santander. Se conformó un equipo enfocado en los niños para poder orar por ellos y escucharlos, encontrando casos de abandono, maltrato verbal, emocional y físico. Además en las calles se realizaron actividades evangelísticas para los adultos, usando el cubo evangelístico y obras de teatro.
Allí se realizó una actividad muy creativa e interesante, la cual consistió en poner una venta de minutos a $100; cuando la gente se acercó al punto de venta pasaron de ser compradores a vendedores de un minuto de su tiempo para conocer a Aquel que su vida compró; esto fue asombroso, tanto así, que terminaban accediendo a escuchar el mensaje de Jesús. Con esta herramienta muchas vidas fueron impactadas.
“Vimos el respaldo de Dios en gran manera porque los jóvenes nos querían escuchar a pesar de que tenían muchos argumentos científicos”
Patricia Forero junto a otros líderes de misiones de la ciudad de Bogotá se desplazaron hasta El Socorro, Santander.
Varios de estos lugares están ubicados en zonas apartadas o rodeados de conflictos armados y aunque cuentan con personas dispuestas a realizar la tarea evangelística, ésta es opacada por falta de recursos, de ideas y de una persona que los guíe. Sin embargo se están levantando personas dispuestas a decir: “Sí, yo voy”, con la plena convicción del llamado que Dios ha hecho a sus vidas; por esto nace la importancia de estas actividades como los viajes misioneros, los cuales presentan una experiencia integral para la preparación de quienes están dispuestos a ir, sin importar la hora, la comodidad, el medio de transporte o cualquier otro impedimento, todo para poder mostrar el amor de Dios a quienes no han tenido la oportunidad de conocerlo.
"Para que el evangelio no sea llevado a toda criatura, solo se necesita que los cristianos no hablen ni salgan de sus casas".
La mayor satisfacción para Camilo Posada, fue dar un paso de obediencia en su ministerio.
En lugares de tanta necesidad en ocasiones hace falta mucho más que un largo sermón, porque con un pequeño gesto de bondad y una palabra de aliento se puede transformar un corazón, se puede dibujar una sonrisa y se puede mostrar lo cercano que está el amor de Dios.
Sentimientos y emociones quedan en las vidas de quienes lograron vivir esta experiencia en todo su esplendor, aumentando su anhelo por servir en el campo de la misiones transculturales y entregándose cada día más al equiparse para los propósitos que Dios tiene en sus ministerios. Estas personas han regresado a casa con sus corazones cargados de com-pasión por lo que han vivido en estos viajes, con un profundo agradecimiento hacia Dios y a todas la personas que hicieron posible este recorrido.
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