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Escuela de oración y sanidad espiritual

Escuela de oración y sanidad espiritual

El pasado fin de semana en la ciudad de Armenia se desarrolló por segunda vez el seminario-taller “Escuela de Oración y Sanidad Emocional”, un espacio propicio para la reflexión sobre nuestros principios espirituales y un desafío a replantear nuestro proceder cotidiano en la búsqueda de una comunión íntima con Dios.

Las conferencias y talleres estuvieron orientados por un equipo Aliancista procedente de la ciudad de Nueva York, dirigido por el doctor Mike Plunket, docente de Nyack College, la institución de educación superior de La Alianza en estados Unidos; acompañado de su equipo de trabajo, Lisa Plunket, Alba Sánchez, Drew Strecker y Angie Hanlon-Toth.

Durante 4 días, alrededor de 180 asistentes provenientes de distintas regiones del país recibimos las enseñanzas en cuanto a la manera de relacionarnos directamente con Dios, entendiendo su amor y propósito manifiesto en todo lo que hacemos como servidores del Reino. Por esta razón analizamos nuestra oración como un instrumento no solo de comunicación con Dios, sino como una herramienta de transformación muy efectiva que utilizada de manera correcta puede ayudarnos a establecer una vida cristiana saludable.

Uno de los aprendizajes más significativos durante estas jornadas fue el reconocer la identidad y el derecho que nos ha dado Dios de ser sus hijos, quebrantando el espiritu de orfandad con el que vivíamos en nuestra humanidad, haciéndonos partícipes de su Reino y de sus beneficios, con el acompañamiento permanente del Espíritu Santo.

En las jornadas de la noche del sábado y la mañana del domingo, exploramos lo más recóndito de nuestros corazones, allí donde guardamos todo aquello que para bien o para mal nos ha marcado en distintos momentos de nuestra vida, los cuales solo en las manos de Dios pueden ser restaurados para siempre; un frente a frente con nuestros temores y emociones para juntos elevar una oración y recibir su sanidad emocional.

En el cierre del evento se vivió un tiempo de mucha carga emocional, al propiciar un espacio para compartir testimonios de restauración y el llamado que Dios hizo a nuestros corazones, plasmando el gran desafío de una constante y correcta comunión con el Padre, para de esta menra encontrar alivio a toda circunstancia que quiera distorsionar el plan perfecto de redención en nuestras vidas.