Esperanza de vida
Amarales es un pequeño municipio de Nariño, en donde Marién Valencia ha tenido la oportunidad de impactar a la comunidad a través de su llamado como pastora. Sin embargo, en el 2016 tuvo que afrontar un fuerte diagnóstico que la llevaría a crecer en su fe.
Durante un par de meses las fuerzas de Marién disminuyeron y su salud permanecía muy delicada, lo que la llevó a realizarse diferentes exámenes en su cabeza para descubrir la razón de su estado.
La noche anterior a recibir los resultados de sus exámenes, esta mujer sintió en su corazón la necesidad de intimidad con Dios y decidió entregar sus preocupaciones al Señor, por lo que por varias horas permaneció encerrada en su habitación con la única compañía del Espíritu Santo.
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En este lugar, Marién declaraba sanidad para su cuerpo, así como se aferraba a la Palabra que dice: “... que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien”. En algún momento de la noche, mientras Marién hablaba, pudo sentir la presencia del Señor y un gozo inexplicable llenó su corazón, al mismo tiempo que sentía cómo Dios reía junto a ella.
Desde ese momento Marién nunca volvió a ser la misma, la inundaban una paz y un gozo inexplicables. Al día siguiente recibió los resultados de sus exámenes junto a su hija, en donde afirmaban que Marién padecía de un tumor en la cabeza. A pesar de esta fuerte noticia, su tranquilidad continuó, impresionandose así misma con su pacífica reacción.
Aunque Marién nunca aceptó ese resultado y nunca lo declaró para su vida, debía ser intervenida de urgencia ya que los médicos no daban muchas esperanzas de vida. Debido a esto, se activó una red de oración en La Alianza a nivel nacional, en donde diferentes pastores y miembros de las sedes locales se unieron a la comunidad en Amarales para pedir por la sanidad de su pastora.
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La intervención quirúrgica fue todo un éxito y después de su recuperación, Marién asegura que fue la perfecta voluntad de Dios la que le dió una nueva oportunidad para amarle y servirle con mayores fuerzas, convencida de que el servicio a Dios tiene la mayor recompensa que podamos pensar.
“Cuando confiamos en el Señor y dejamos que Él tenga la última palabra en nuestras vidas, podemos ver cómo las cosas cambian a nuestro favor.” -Marién Valencia
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— La Alianza Colombia (@LaAlianzaCo) 20 de julio de 2017
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