Haciendo Iglesia en Moto
Hace dos años el pastor Anatol Martínez de nuestra sede en Algeciras Huila se percató que parte de la congregación que venía los domingos asistían cada mes o cada dos meses, esto generó inquietud en él y su esposa Nidia Rivera: ¿Por qué se da esta situación? ¿Por qué estas personas solo pueden asistir cierto tiempo? Fue así como se dieron a la tarea de conocer más las necesidades de estos creyentes, conocer desde dónde venían y en qué sector vivían.
La respuesta es que muchos de ellos vivían en veredas que quedaban alrededor de una hora del casco urbano y que por sus condiciones geográficas eran de difícil acceso, la mayoría de familias conformadas por más de 4 personas contaban solo con una moto como medio de transporte, por lo que no siempre podían venir todos a la iglesia ya que el recorrido a pie se hacía mucho más extenso. Entonces Dios puso en el corazón de los pastores lo siguiente ”Si el hermano llega a la iglesia, la iglesia también tiene que llegar donde está el hermano, que está en un lugar de difícil acceso, no interesa si nos toca a caballo o a pie, si el hermano puede venir a la iglesia, nosotros podemos ir dónde él”.
Con una moto que se compró, y se sigue pagando, iniciaron los recorridos por las veredas de Algeciras. La estrategia está basada en el pastoreo personalizado, la cual se ha realizado con los líderes de cada vereda, ayudándoles a crecer en el evangelio y animándoles a compartir las buenas nuevas a sus vecinos. Después se llevan a cabo las visitas evangelísticas, que son hechas a las familias que los líderes han estado invitando y compartiendo el evangelio. Finalmente todos unidos celebran un culto, preferiblemente en la casa de un no creyente, donde juntos cantan con sus voces como único instrumento, son ministrados a través de la palabra de Dios y comparten como una gran familia. Poco después empezaron a realizar las vigilias con la intención de que todos pudieran disfrutar de las actividades que como iglesia realizaban.
Hoy la iglesia llega en moto a 6 diferentes veredas: La Ensillada, donde sus caminos están llenos de piedra; La Danta, ubicada en el punto más alto de la montaña; La Primavera, donde la moto les deja a 20 - 30 minutos del destino final; El Pomo, caracterizada por lo liso de sus terrenos; El Naranjo Alto y Guayabo, dos de las veredas más retiradas, todas con difícil acceso para las personas, pero no para el evangelio.
“Esto ha significado un esfuerzo grande de nuestra parte y ha significado atención y pastoreo para ellos, pues hemos visto la bendición de Dios y su respuesta, vemos mucha motivación de parte de las personas de las veredas y de las personas de la iglesia, la asistencia general en la congregación se ha incrementado y nos ha ayudado a crecer en todas las áreas, en medio de las dificultades vemos la mano poderosa de Dios”
¡Esta es nuestra familia Aliancista! Hombres y mujeres apasionados por Jesús, quienes entendemos que nuestra tarea siempre es poder llevar el evangelio a todo lugar tal y como lo hicieron Pedro y Juan en Hechos 5:42 “Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo”.
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