Promesa Infinita
Hay un dicho popular que dice “ojos que no ven, corazón que no siente”, esto refleja lo humano de nuestras miradas. Como hombres nos limitamos a ver sólo lo que está ante nuestra vista, pero la mirada de Dios abarca todo; por eso le enseñó a Abraham lo inmenso de su amor y su poder salvador para todas las familias de la tierra.
Génesis 13:15
Dios lo ve todo, y su mirada día a día está en todas las naciones de la tierra, pero aun así, millones no han podido oír de la salvación de Su hijo en la cruz. Jesús miraba las multitudes como a “ovejas sin pastor” y el dolor en su corazón le hacía llorar por los perdidos. Cuando nosotros logramos entender el evangelio, nuestra vida inicia grandes cambios por el poder del Espíritu Santo. Por eso la mirada de Dios está sobre los que aún no lo conocen, porque si el evangelio llega a sus vidas todo cambiará para ellos, aún las más grandes tragedias humanas serían transformadas por el poder de Dios.
La provisión actual de la gracia de Dios nos llega por nuestra visión interna.
Dios les da a las aves el instinto de cruzar el continente cada verano para buscar el calor veraniego en los climas primaverales, Él es bueno y no engaña a esas aves. Así como pone el instinto en el pecho del ave, Él también pone las brisas de calor primaveral allí para recibirles cuando lleguen.
Dios le dio a Abraham la visión de la tierra prometida, además dijo en infinita verdad y amor: “Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre.”
Él que es nuestra esperanza no nos va a de defraudar, ni engañar. No hay nada infiel en aquel que dijo: “Si así no fuera, ya se lo habría dicho a ustedes” Juan 14:2. Sabemos que Dios no quiere engañarnos o decepcionarnos, más bien todo lo que Él quiere revelar a través del Espíritu Santo lo hará realidad, a medida que avanzamos.
Preguntemos a Dios dónde está nuestra mirada hoy, muchas veces nuestro ministerio es tan limitado y escaso; que solo vemos el lugar donde ministramos y eso nos hace perder la mirada del Dios misericordioso, que le ha dado a Cristo como herencia las naciones de la tierra.
Oremos para que Dios nos permita tener su visión, para ver más allá de como normalmente vemos nuestros ministerios. Que el Espíritu Santo nos permita entender la promesa que Dios hizo al Padre Abraham, que incluye a todas las familias de tierra. Recordemos que el Plan de Dios no es una mirada limitada del ministerio, sino la mirada de Dios manifiesta en la promesa que le dio a Abraham.
Por: Doctor Alberto Benjamín Simpson
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