Transformando Nuestra Realidad
¿Cuál es nuestra posición al oír las voces que nos llevan a dudar de los planes de nuestro Padre? La voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta, y nos muestra a la luz de la palabra herramientas básicas para nuestro crecimiento integral.
Romanos 12:1-2
El apóstol Pablo se está dirigiendo a los nuevos creyentes, quienes tenían una manera de pensar y de actuar muy particular, pero no muy lejana a muchas cosas que vemos en este tiempo.
Para ellos lo más importante era lo que sentían y pensaban, sus tradiciones les llevaban a creer que todo lo que había en el cuerpo era malo, estaban acostumbrados a ofrecer sacrificios de animales muertos, todo se trataba de lo exterior o de las cosas que podemos hacer para estar mejor o sentirnos mejor, pero no se hacía énfasis en vivir de acuerdo a los propósitos de Dios.
Pablo confronta a sus oyentes al plantearles la necesidad de dejar su manera de pensar y de vivir para realmente obtener una verdadera transformación por el poder de Cristo en sus vidas.
En este texto podemos encontrar a Pablo dándoles 3 pasos prácticos para vivir una verdadera renovación.
1. Sacrificio
Dios quiere que nuestra vida sea un sacrificio, esto significa que todo nuestro ser; cuerpo, alma y espíritu, son importantes para Él. 1 Tesalonicenses 5:23. Como cristianos, en nuestro cuerpo se vive una importante batalla, una lucha entre el bien y el mal, un enfrentamiento entre nuestras dos naturalezas. El sacrificio que Dios quiere, implica vencer el mal haciendo el bien, más allá de un nivel netamente espiritual, es un tema integral.
-Vivo: Sacrificio que permanece constante en función de agradar a Dios.
-Santo: Apartado y consagrado en función de un propósito específico.
-Agradable: La ofrenda apropiada, es aquello que nos cuesta, y aun así, lo hacemos con alegría, ésta produce complacencia en Dios. (Diferenciemos entre lo que nos complace personalmente y lo que complace a Dios).
-Culto racional: Elementos de nuestra vida que tienen un verdadero sentido, que impactan nuestras vidas y las de otros.
2. Inconformes al mundo
Muchas veces nos vemos afectados por las circunstancias de la vida, nos limitamos y nos desanimamos en nuestras tareas del diario vivir, pensamos que los parámetros que el mundo nos impone son mayores que nuestra capacidad de reaccionar a ellos.
La falta de algo que cambie nuestras vidas puede llevarnos a tomar malas decisiones, ya que comenzamos a buscar equivocadamente condiciones para sentirnos mejor.
El mundo nos ofrece los deseos de los ojos, de la carne y la vanagloria de la vida, pero nuestro Padre nos invita a que no vivamos igual a las prácticas del mundo, marcando la diferencia, para que los demás se conviertan a nuestra forma de actuar y no nosotros a la de ellos.
Si estamos buscando algo nuevo, presentémonos ante aquel que todos los días renueva su misericordia para con nosotros, Él tiene algo nuevo para nuestra vida, Él nos creó y conoce toda necesidad.
El mundo pasa y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre, “Lo que el mundo presenta no es más que una fachada para atraer nuestro corazón, pero al final nos deja desgastados y envejecidos”.
3. Entendimiento
Es interesante cómo Pablo nos muestra la importancia de ser transformados por la renovación de la mente o el entendimiento, no podremos ser renovados si solo estamos basados en lo que vemos y sentimos, pero cuando nuestra mente es renovada muchas cosas se aclaran, percibimos cosas que van más allá de lo que pensamos o sentimos.
La mente es la extensión de los ojos y el vehículo de nuestra fe, cuando nuestra manera de pensar es transformada, también cambia nuestra manera de vivir.
Dios tiene un gran interés en cambiar nuestra manera de pensar para que seamos capaces de saber lo que Él quiere para nosotros.
Nuestra renovación no está basada en ritos, ni en costumbres aprendidas, o prácticas que podamos llamar santas, Pablo nos invita a transformar nuestra vida al punto que ofrezcamos un sacrificio agradable, inconformes al mundo y buscando renovación mental, para que de esta manera experimentemos el gozo de la buena voluntad de Dios agradable y perfecta.
Vivimos dentro de una cultura religiosa, sin una intención correcta de a quien estamos llamados a agradar.
La vida no se trata de grandes sacrificios materiales para sorprender a Dios, se trata de agradar a Dios en toda nuestra manera de vivir, cuando entendamos esto, nuestra mente comienza a vivir en respuesta al amor de Dios, no en respuesta a las necesidades del mundo, y como resultado, Cristo será nuestra mayor motivación. Ésto nos permitirá caminar en el conocimiento de la voluntad de Dios, disfrutaremos más de nuestros logros, encontraremos sentido a nuestra vocación, a nuestro estudio y a nuestro trabajo, porque sabemos que allí Dios está trabajando y usándolos para el cumplimiento de su obra.
Por Elias Martinez
- Inicie sesión para enviar comentarios