Un Hogar De Honra
La palabra nos enseña por principio a honrar a nuestros padres, y como hijos de Dios tenemos la responsabilidad de hacer el bien a toda persona, aún más cuando vive con algún tipo de necesidad.
Este mandato es evidente en nuestra sede del municipio de Gigante, Huila, quienes se han propuesto a ser agentes transformadores en su comunidad, realizando distintas actividades que trascienden los muros de su estructura física, para identificarse con las necesidades que a diario viven los habitantes de esta población, en la cual nos encontramos con la ternura e inspiración que reflejan los rostros sonrientes de los ancianos.
Cuánta sabiduría y ejemplo de vida hay en ellos, pero así mismo cuánta fragilidad y vulnerabilidad hay en esta etapa de la vida; la cual requiere de todo nuestro apoyo. Nuestros hermanos trabajan en bienestar de la “Edad De Oro”, mostrando lo representativos que son los ancianos para las nuevas generaciones.
Allí se ha establecido toda una metodología de trabajo para atender parte de las necesidades físicas de los ancianos y a su vez guiarlos a permanecer en la vida cristiana. Como parte de esto, el templo de La Alianza está disponible para servir como punto de pago para las pensiones de los adultos mayores, allí mismo se realiza cada semana un trabajo espiritual con los ancianos por medio de una reflexión y una ministración, acompañada de una bolsa con panes, hechos en este lugar, para apoyarles con su sustento.
Sin duda alguna es una gran estrategia que en el mundo espiritual derriba muros de abandono, tristeza y soledad, pero en lo material levanta muros que edifican, restauran y fortalecen, siendo esto la oportunidad para dar refugio a tres abuelos que carecían de una vivienda digna.
Este es el caso de Andrés, Amelia y Rubencinda, que ante la ausencia de las familias que un día formaron, se encontraban desamparados, pero hoy gracias al sentir que Dios ha plasmado a través de nuestras sedes, habitan en un mejor lugar, construido con amor y esfuerzo por los miembros de esta congregación.
Con una gran sonrisa reflejada en sus ojos, estos humildes ancianos demuestran su agradecimiento y la dicha que sienten por haber recibido el regalo de un hogar adecuado para vivir plenamente..
“Para otros es un rancho, pero para mi es una casa y por aquí siempre a la orden”
Esta vivienda se hizo con el propósito de mejorar el estilo de vida de estos tres abuelos y para lograrlo se sumaron los esfuerzos de quienes aportaron económicamente y de quienes realizaron el trabajo de construcción para que hoy ellos, con gran emoción, puedan disfrutar de un mejor ambiente para el resto de sus días aquí en la tierra.
“Estoy muy agradecida con el Señor, pues puso el sentir en los corazones de las personas de la iglesia, nunca alcanzaremos a agradecer todo lo que hicieron por nosotros”
Este hogar de honra se ha convertido en un testimonio para los habitantes de este municipio, quienes reconocen el cuidado y amor que la iglesia tiene por los adultos mayores; cumpliendo con la responsabilidad que como hijos de Dios tenemos para compartir de su amor con los que no le han conocido, cuidando de los menos favorecidos y siendo luz en nuestra comunidad.
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