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Viviendo en tranquilidad

Viviendo en tranquilidad

La transformación en la vida de una persona que decide abrir su corazón al amor de Dios rompe todo lazo que pretende atarle a su antigua vida, otorgándole, además del perdón, la verdadera libertad y el regalo de la vida eterna.

Yeferson es testigo de este poder transformador, por eso mirar atrás no es una opción para él, pues Dios le permitió salir de un camino de oscuridad para iniciar el recorrido de una vida nueva guiada por la luz del evangelio. Creció entre las montañas del departamento del Cauca, en el corregimiento El Edén del municipio de Cajibio; allí al igual que muchos de los jóvenes campesinos de nuestro país, un día el conflicto armado tocó a su puerta, con el único objetivo de robar su juventud,  su paz y tranquilidad.

Para este hombre, la violencia era la única opción para resolver cualquier situación que le fuera adversa. En su mente estaba lejos la idea de que todo podría ser diferente para él, su familia y la comunidad donde se encontraban presos del miedo, la angustia y el olvido.

Predicar el evangelio de Jesús en estos lugares donde la guerra asedia constantemente suele ser una labor arriesgada que dificulta el alcance de la tarea misionera; pero aún así, Dios en su infinita misericordia ha  permitido que  en esta población del Edén se mantenga una iglesia de La Alianza, sobreponiéndose a crudas etapas en las que los rigores de la guerra han querido detener su crecimiento.

Dios comenzó a levantar y transformar a los habitantes de este corregimiento, incluyendo a aquellos que un día tomaron el camino de la guerra, como lo hizo Yeferson. Hace 11 años este humilde campesino aceptó el llamado divino, el cual le dio un cambio radical a su estilo de vida para reemplazar la causa de su lucha terrenal por la causa de Cristo, sirviendo a Dios con todo su corazón. El estallido de los disparos que atemorizaban el diario de vivir de esta comunidad se han disipado para escuchar las alabanzas de exaltación y gratitud a Dios por su fidelidad, amor y perdón para Yeferson y El Edén.

Este joven de 29 años ahora vive con tranquilidad porque su pasado ya no le asedia, es una prueba vivencial que solo Jesucristo puede reeducar y transformar el corazón sin esperanza; la gracia del Espíritu Santo le ha permitido ejercer su liderazgo como diácono de la iglesia y músico de la alabanza.

Gracias al poder transformador de la Palabra de Dios este lugar es un territorio de paz que sueña con un mejor futuro para sus próximas generaciones; allí, Yeferson ofrece a la comunidad un servicio de bienestar, porque la restauración ha traído verdaderas transformaciones en todas las esferas de esta comunidad, gestando amor verdadero y compasión en los corazones de sus pobladores y dándoles una nueva forma vivir con la esperanza de Cristo.