Cumpliendo El Propósito
Uno de los aspectos fundamentales que nos caracteriza a los seres humanos es la necesidad que tenemos de relacionarnos, tanto con las demás personas como con nuestro Creador. Necesitamos de Dios para darle sentido a toda nuestra existencia y nuestro quehacer en la vida cotidiana, y Dios nos necesita como instrumentos útiles para sus planes, por eso trabajamos de la mano.
Éxodo 31:1-11
En el momento en que Dios determinó la construcción del Tabernáculo, vio la necesidad de buscar una persona para que se encargara de tareas como los vestidos de los sacerdotes, las cortinas y los demás artículos que adornaban el lugar donde se reuniría con su pueblo. Para realizar ese proyecto le encargó a Moisés buscar a Bezalel, un artesano con ciertas cualidades, quien recibió la llenura del Espíritu Santo.
1. Dios tiene un proyecto a desarrollar y me seleccionó. vs. 31:1
Dios le contó a Moisés sobre la existencia de un hombre que estaba en medio de ellos, un hombre de bajo perfil, sin mucho reconocimiento. En efecto, el nombre Bezalel quiere decir “el que está a la sombra”, sin embargo, este hombre tenía un gran potencial al que Moisés no había prestado atención.
En la Biblia, específicamente en el Antiguo Testamento, nos encontramos con ejemplos de personas que sirvieron a Dios con sus dones, talentos, conocimiento, sabiduría, habilidades y recursos. Así mismo, usted nació para ayudar en el desarrollo de los propósitos de Dios, una misión que debe desarrollar en el lugar en donde Él le ha colocado, siendo discípulos y ayudando en la extensión de su Reino plantando nuevas iglesias.
2. Dios nos prepara para su servicios. vs. 31:3-6
a. La preparación social y cultural
Dios vio lo que Moisés no había visto, Bezalel era un artesano y estaba capacitado para ese trabajo. Además, Dios ya había utilizado su trasfondo familiar e histórico como un medio de preparación inicial.
Las competencias que hemos desarrollado, las habilidades, las destrezas, los saberes, las inteligencias múltiples, los talentos y los dones espirituales sirven para los propósitos de Dios, al igual que nuestra personalidad, seamos callados, extrovertidos, amigables, retraídos, intuitivos, racionalistas o sensitivos, todo esto es importante para Dios, para lograr lo que Dios desea hacer a través nosotros.
b. La preparación espiritual
Tenemos la necesidad de recibir la presencia del Espíritu Santo de Dios, el cual se encarga de tomar esos talentos, dones, saberes, aptitudes, conocimientos e inteligencias para potencializarlos y ser más efectivos y eficaces en sus manos.
Dios nos prepara para lograr sus propósitos y es una preparación paso a paso, cuando nos saltamos estos procesos experimentamos el fracaso, abortamos el procedimiento y por ende hay una falta de resultados.
c. Las experiencias de la vida
Dios se toma su tiempo para hacernos madurar y prepararnos para lograr sus propósitos, para ello recurre a todo tipo de vivencias, aún las experiencias dolorosas en nuestras vidas son utilizadas por Dios para moldearnos. Somos como un diamante que debe ser pulido en cada una de las aristas para poder brillar mejor.
3. Dios nos encarga un ministerio especial. vs. 31:6B-11
a. En el Antiguo Testamento
Tenemos el caso de Noé, a quien Dios llamó para fabricar un arca que sería utilizada para salvar a la humanidad del diluvio que vendría. De igual manera llamó a hombres y mujeres de manera específica para que desarrollaran una tarea de bienestar y justicia social.
Bezalel era un artista, fue lleno con el Espíritu santo y toda su vida se relaciono con el cumplimiento de los propósitos de Dios. Diseñó los vestidos de los sacerdotes, elaboró el aceite que se usaba para ungir, el incienso, los utensilios para el culto religioso judío, el santuario, el altar, y las cortinas, entre otras cosas. (36:8-37:17)
b. En nuestros días
Dios nos llama al ministerio, una manera de servir a Dios y a las personas que nos rodean. Todo lo que hemos recibido de parte de Dios lo debemos utilizar o emplear para el beneficio de las personas que están dentro y fuera de la iglesia.
c. En tu área profesional
Dios necesita de tu profesión en las áreas de salud, administración, economía, ciencias básicas, comunicaciones, ingeniería, sociales y humanas, entre otros. Estos saberes, conocimientos, profesiones, oficios y ocupaciones son útiles para proclamar el evangelio, la extensión del Reino de Dios y plantar nuevas iglesias donde la gente adore a Dios y sirva al prójimo.
Cada uno debe tomar una decisión y descubrir para qué vivimos, para nuestros intereses o para el cumplimiento de los propósitos de Dios. Todo lo que somos, sabemos y tenemos podemos utilizarlo en nuestros proyectos personales y orientarlos a los de Dios.
Recordemos las palabras de San Pablo a la iglesia de Roma: “Os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestro cuerpo en sacrificio vivo a Dios”. También habló a los de Tesalónica diciendo: “Y todo vuestro ser espíritu, alma y cuerpo sean guardados hasta la venida de Nuestro Señor Jesucristo”.
Una de las tareas que tenemos como iglesia es la de llevar a cada hermano a considerar la posibilidad de ser un plantador en potencia, entendiendo que a cualquier lugar al que llegue pueda dar inicio a un grupo de vida o un nuevo campo de predicación.
Vs 2.” Dios habló con Moisés y le dijo: Tú conoces a Besalel hijo de Uri y nieto de Hur, de la tribu de Judá. Yo lo he elegido”
Por: Luis Efrén Grueso
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