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De la mano de Dios

De la mano de Dios

José y Deisy atravesaron un difícil momento que los llevó a redireccionar el camino por el cual querían guiar sus vidas y su familia, encontrando de la mano de Dios un sendero de paz, armonía y prosperidad. 

Su hogar se complementa con 3 hermosos hijos, de los cuales, Camilo el mayor, en el año 2002 fue diagnosticado con una compleja enfermedad, meningitis. Una noticia devastadora para sus padres, que para ese entonces vivían alejados de Dios y su situación económica no era la mejor. 

Con 5 años de edad estuvo 2 meses internado en la clínica con serias complicaciones en sus riñones y corazón, situación que llevó a sus padres sumidos en un profundo dolor a entender que sólo con Dios podrían encontrar sanidad para su hijo. Es así como esta familia llegó hasta nuestra sede en Suba, Bogotá, para rendir sus vidas a los pies de Jesús y entregarle el control de todas sus áreas. 

El pequeño recibió la milagrosa sanidad de parte de Dios a pesar de lo complejo de su caso, pero la obra Divina no se reflejó únicamente en la vida de Camilo sino en la de toda su familia; pues este momento de crisis le permitió a José y a Deisy aferrarse de una manera especial a la mano de Dios, entendiendo que de ahora en adelante su futuro estaría sólo en Su voluntad perfecta, agradable y buena. 

Encontraron en la iglesia un gran apoyo espiritual que les formó en principios y valores espirituales que hasta el día de hoy han sido su fortaleza y su base para la construcción de todo lo que Dios les ha dado. 

Iniciaron su propia fábrica de muebles, siempre con la clara convicción de que la fidelidad y obediencia a Dios sería la clave para el crecimiento de sus finanzas y con sus primeros frutos lo pudieron evidenciar; muchas deudas por pagar y la falta de un lugar propio donde vivir, fueron circunstancias que les enseñaron el camino de la fe, donde lograron obtener cosas que humanamente no veían posibles. 

Entendieron que el aferrarse a lo material les alejaría de las cosas espirituales, por esta razón su proyección de familia y empresa fue fundamentada en buscar primero las riquezas eternas para que Dios tomara el control de sus finanzas. 

Cada tramo que vivieron ha sido un proceso en el taller del Maestro para pulir en sus vidas todo aquello que les ha permitido crecer. Dios ha llenado sus vidas y su hogar de bendición, primero con salud y armonía para su familia, con una casa para vivir cómodamente, con los recursos económicos suficientes para el crecimiento de su empresa, que ya cuenta con una lugar propio, y sobretodo con la oportunidad de bendecir a otras personas a través de la fábrica que Dios les ha regalado y en el cual tienen por prioridad el buen trato y pago justo para sus empleados. 

“Dios no necesita de nuestro dinero, pero si quiere que nosotros aprendamos a ser desligados de lo material para dar lugar a lo espiritual, ya que lo material siempre vendrá por añadidura”.