¿Estamos preparados?

En los últimos días a través de los medios de comunicación internacionales pudimos conocer la difícil situación que se vive en Afganistán, esto provocó que miles de afganos empezaran a salir del país. Nuestra oración en ese momento se dirigió para que en medio de la incertidumbre de su presente y futuro inmediato el Espíritu Santo fuese revelado a sus corazones, pero adicional que al cruzar fronteras ellos pudiesen encontrar cristianos en el camino que pudiesen atenderles y sobre todo compartir las buenas nuevas de Jesús.

Hoy Colombia será una de esas fronteras que van a cruzar cientos de afganos y la pregunta que nos hemos estado realizando con Misiones Alianza es ¿Estamos preparados?

“Él defiende la causa del huérfano y de la viuda, y muestra su amor por el extranjero, proveyéndole ropa y alimentos. Así mismo debes tú mostrar amor por los extranjeros, porque también tú fuiste extranjero en Egipto”. Deuteronomio 10:18‭-‬19 NVI

Desde Misiones Alianza y el Centro de Capacitación Intercultural A. B. Simpson hemos entendido el llamado de Dios por los no alcanzados. Hace algunos años empezamos a realizar un trabajo de entrenamiento y capacitación sobre el pueblo Pastún, lo que nos ha permitido conocer su cultura, religión y creencias; pero adicional a ello hemos podido entender que el misionero actual debe ser bi-ocupacional, pues es a través de las diferentes profesiones que Dios nos usará para compartir su evangelio, es allí en el momento en que estemos proveyendo ropa, alimentos y trabajo que podemos mostrar el amor de Dios por ellos y compartir las buenas nuevas de salvación.

Entonces, ¿quién les predicará el evangelio? Lo hará Juan el que tiene una tienda en la esquina, Ana la médica que los atenderá, Carlos el profesor de los niños, Lucía la peluquera del barrio, entre muchos otros. Sí, estos son ejemplos con empleos que responden a necesidades básicas diarias, pero los cuales nos muestran la importancia de ser hombres y mujeres capacitados, más allá de nuestras profesiones, en ser misioneros en acción. Es por eso que del 23 al 28 de septiembre entendiendo esa necesidad de ser bi-ocupacional, nuestros estudiantes del A. B. Simpson fueron instruidos en un programa de belleza integral: Manicura, pedicura, corte de cabello, cepillado, planchado, tinturados, peinados, masajes linfáticos, repolarizaciones, maquillaje y barbería.

Esta capacitación se convirtió en una herramienta para servir a la comunidad en el campo misionero del barrio Antonio Nariño, en la ciudad de Armenia. Los estudiantes pudieron poner en práctica lo aprendido llevando allí con ellos el mensaje de salvación.

Nuestro buen Dios dispuso en el corazón de Katherine Bonilla, miembro de La Alianza Tunja, el sembrar esta capacitación; siendo parte así, de toda preparación que Dios va haciendo en nosotros, porque todo conocimiento que tenemos, toda profesión que existe en nuestra iglesia tiene el potencial de ser el canal por el cual llevamos el evangelio y nuestros estudiantes necesitan ser capacitados en las diferentes ocupaciones.

Adicional a ello, hemos venido concientizando a nuestras sedes de la Región Central a través de los cultos misioneros, donde nuestros estudiantes están acompañando y movilizando a nuestras congregaciones a cumplir la gran comisión, primero en sus comunidades y desde allí hasta lo último de la tierra.

Este año obreros egresados del A. B. Simpson iniciaron su proceso de preparación en su inmersión a las comunidades indígenas y musulmanas, un proceso totalmente práctico en el cuál vemos como Dios nos prepara a una cosmovisión actual frente a la llegada de afganos al país.

La misión está en constante movimiento, cada día estamos orando y actuando para llegar a nuestras comunidades y aquellos pueblos no alcanzados, pero para responder a tan grande necesidad necesitamos el esfuerzo de toda la iglesia. Si deseas formar tu llamado misional, te invitamos a conocer más de nuestro Centro de Capacitación Misional A. B. Simpson y a desarrollar o fortalecer los Comité Locales de Misiones Alianza, a fin de prepararte para responder a la gran comisión, capacitados para atender los desafíos que Dios nos está poniendo en la puerta de nuestras casas, negocios, empresas e iglesias a través de los cientos de migrantes que ingresan a nuestro país.