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Sede Kennedy

¡Seguimos siendo Luz!

El año pasado realizamos junto a nuestras sedes la “Ofrenda de Fin de Año · Enciende tu luz”, por segunda vez teníamos el objetivo de unirnos en amor y generosidad para contribuir al quehacer de la iglesia local por medio de una ofrenda especial que les permitió a más de 100 sedes realizar una jornada de impacto a la comunidad.

¿Pero cómo una ofrenda nos permite ser luz? A través de esta ofrenda nuestras sedes pudieron brindar alimento, ropa y cubrir otras necesidades a comunidades vulnerables como niños, ancianos y extranjeros, lo que permitió abrir una puerta de conversación al evangelio, tal y como lo hacía Jesús al compartir las buenas nuevas de salvación, pero también atender las necesidades físicas de las personas. 

 

Sedes

 

Fue así como durante el mes de diciembre encendimos nuestra luz en más de 250 familias y alrededor de 3.600 personas. Cada impacto realizado por nuestras sedes fue diferente, pues conocían las necesidades de sus comunidades; igualmente dieron lo que tenían, pero Dios multiplicó para lo necesario, por ejemplo en nuestra sede en Tunja se volcó para ayudar a una joven que había quedado huérfana hace tres meses al perder a su madre a causa del Covid-19, esta ofrenda y el acompañamiento pastoral que se venía haciendo le permitió a la joven sentirse parte de una nueva y gran familia, hoy es una miembro bautizada. 

Una gran parte de las personas bendecidas fue la población de adultos mayores, personas que por su edad viven muchas veces en abandono físico, emocional y espiritual, para muchos de ellos el recibir a través de nuestra familia Aliancista un abrazo, compañía, mercado o ayuda económica les permitió conocer a Jesús y recordar que Él nunca les ha abandonado. En la sede Corinto en el Cauca, una de las mujeres que recibió ayuda al ver llegar la provisión de alimentos levantó sus manos y dijo: “Señor tu Palabra se cumple al decir que eres el esposo de las viudas, gracias por no desampararme”. 

 

Sedes

 

En La Alianza creemos en la obra social como una oportunidad para seguir viviendo y compartiendo a Jesús en palabra y hecho. En Mocoa nuestra sede visitó un barrio de desplazados por la violencia llamado Villa Rosa, allí pudieron entregar regalos para 112 niños y entregar ropa para ellos y sus familias, tal fue el impacto que el presidente del barrio y la directora del salón de Acción Comunal decidieron abrir las puertas del barrio para iniciar un proyecto con los niños. En este mes de febrero nuestra sede en Mocoa abrirá un grupo de Oansa en este lugar. 

Sigamos extendiendo el amor de Jesús al encender Su luz en medio de nosotros, por medio de la Ofrenda de Fin de Año la cual ha sido una oportunidad para bendecir a nuestra comunidad y abrir las puertas al evangelio.