Dios Determina Nuestro Destino
Cuando seguimos los principios espirituales para luchar contra el miedo y la dirección de Dios, enfocándonos en su poder y sus promesas, veremos la victoria de la intervención divina.
2 Crónicas 20:1-30
Josafat fue un rey que reinó en el sur de Judá durante aproximadamente 25 años, se le describe como un buen rey, que no sirvió a dioses extranjeros. En el estudio que vamos a realizar podemos ver a Josafat enfrentando una situación difícil; los pueblos de los amonitas, Moabitas y Siria se pusieron de acuerdo para atacar y destruir su reino. Cuando él se enteró de la situación sintió temor; pero tomó la mejor decisión, buscar la dirección de Dios en compañía de todo su pueblo, juntos ayunaron y levantaron alabanzas. No hay mejor manera para obtener una respuesta satisfactoria de parte de Dios. Su gloria se manifestó en aquel lugar y los enemigos que venían a destruir su pueblo se encontraron y se mataron entre sí. Dios peleó por ellos y le dio la victoria sin necesidad de entrar en batalla. La forma cómo Josafat enfrentó esta situación sirvió de enseñanza viviente para su pueblo y las futuras generaciones de cómo enfrentar las crisis.
La crisis. V2-3
La situación surgió de improvisto, tomando a Josafat por sorpresa. Su gente le avisó que venían tres ejércitos, los cuales estaban a 25 Kilómetros de distancia, haciendo inminente el ataque, dejando de ser sólo un rumor. Josafat supo que estaba en una situación crítica, de altísimo riesgo, él y su familia estaban en peligro de muerte y destrucción, era una situación sin salida, se encontraba rodeado.
Josafat tuvo temor (v.3a) pero no se dejó llevar hacia la desesperación ni la angustia, no se dejó desencajar por la realidad, no permitió que la crisis lo paralizara entrando en pánico o albergando pensamientos negativos. Entendió a qué se enfrentaba y cuál era el nivel de la situación que tenía por delante.
Enfocados en el Señor. V3b
Josafat no buscó a otros dioses, no recurrió al espiritismo, tampoco a otras fuentes de adivinación como lo hicieron otros reyes, no tomó decisiones aceleradas, sin reflexión alguna. Por el contrario, tuvo un corazón humilde y reconoció la fuente de ayuda para su situación, como rey postró su rostro en la tierra en señal de sumisión y dependencia delante del Señor, inmediatamente proclamó ayuno en todo el reino y buscó apoyo espiritual en su comunidad.
Entendiendo quién es Dios. V5-6
Josafat ayudó al pueblo a comprender que Dios es Señor soberano sobre los cielos, el universo y el mundo sobrenatural, con poder incluso sobre los pueblos que los iban a atacar, sobre sus vidas y destinos. Además, les recordó que Dios es el Señor de la historia (v.7), de la pasada y de la presente, sirviendo de testimonio y fe que Dios estaba y estará con ellos.
Dios es el que determina nuestro destino y no las circunstancias, no sus enemigos, Dios determina el destino de nuestras vidas, en la salud, en el empleo, en la economía, en nuestros hijos y ministerios.
En esta historia podemos ver que en medio de las crisis es importante apropiarnos de las promesas de Dios (v.9) debemos tener en cuenta la palabra, que como espada del espíritu nos permite defendernos y atacar, podemos confiar en sus promesas porque las hará realidad.
Esperanza en medio de la crisis.
Presentemos a Dios nuestra necesidad o problema (V.10-12) Josafat reconoció su impotencia y oró. Dios es el mismo ayer, hoy y por los siglos, por eso no debemos preocuparnos, más bien debemos entregarle toda nuestra ansiedad, porque Él tiene cuidado de nosotros. Josafat después de orar le enseñó al pueblo a esperar pacientemente la respuesta (v.13-17) y a adorar en medio de la situación, mientras llega la solución.
Una vez obtenemos respuesta de parte de Dios debemos seguir la dirección divina, siendo activos y no pasivos, fieles a los principios del Señor. Hay personas que al enfrentar situaciones difíciles, usan la violencia y forman pleitos. Dios nos manda a esperar y obedecer sus principios, sólo así veremos la intervención soberana de Dios, al igual que respondió a la búsqueda de Josafat y su pueblo, otorgándoles una victoria total.
Los cristianos creemos en Dios porque dirige y determina nuestra vida conforme a sus propósitos divinos de bien, por eso ante cualquier diagnóstico médico, fracaso, conflicto o peligro, no debemos dejarnos llevar por el temor porque nuestra fuerza viene de Dios.
En medio de la crisis Josafat enfrentó las mismas tentaciones que todos enfrentamos: ¿Qué debemos hacer? ¿Darnos por vencidos? ¿Aislarnos en un estado depresivo? ¿Desesperarnos hasta enfermar? ¿Tomar pastillas para los nervios o para dormir? o ¿Será que debemos levantarnos y luchar?
Josafat era un hombre de lucha, pero no actuó solo, buscó el apoyo de su comunidad y acudiendo al poder del Dios tomó el liderazgo y asumió la responsabilidad de velar por su pueblo, y Dios le dio la victoria.
Por: Carlos Lenis
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