Transmitiendo Verdad
¿Existe en nuestro hogar el altar familiar? ¿Apartamos tiempo para el devocional? Hoy la palabra nos trae una lección fundamental para el desarrollo integral del núcleo de la sociedad: La familia.
Deuteronomio 6:4-9
El pueblo de Israel, bajo la mano de Dios, había derrotado al rey Og de Basán y se preparaba definitivamente para entrar en la tierra prometida. Frente a ese nuevo reto, en un contexto donde iban a encontrar nuevas culturas y religiones diferentes, además de oposición, peligros y oportunidades; Moisés establece un campamento y le da al pueblo indicaciones, advertencias y exhortaciones para el futuro de la nación, realiza una lección pedagógica a modo de mandamiento que se le conoce como Shema, lo cual permitirá a los padres capacitar a las nuevas generaciones para que enfrenten y vivan su fe bíblica con éxito en un mundo convulsionado. Deuteronomio 6:1.
Seamos ejemplo en nuestra relación con Dios (v 4-5)
Partimos del hecho de que los padres deben tener una exclusiva y buena relación con Dios. Esto implica inicialmente que no habrá otros dioses en el hogar, sino que la entrega, la sumisión y la obediencia en su totalidad deben ser al Señor. Así que el culto a imágenes de santos, la hechicería, consulta de horóscopo y a otras religiones, entre otros, no demuestran amor a Dios de todo corazón, alma y fuerzas (v 5).
Los padres debemos amar a Dios con todo nuestro ser. Los sustantivos “corazón”, “alma”, “fuerzas” se refieren a la integridad del ser humano y el adverbio “todo” repetido tres veces se refiere a un amor de compromiso intenso y total que implica vivir su fe en toda la actividad humana habitual.
Nuestra vida es un modelo a seguir para nuestros hijos (v 6)
Para el pueblo hebreo el corazón es el órgano de la razón, de los sentimientos y de las decisiones del ser humano. Estudiemos la palabra de Dios y apliquemosla a la vida cotidiana de tal manera que los padres de nuestra comunidad la “lleven en su corazón” y la manifiesten en su vida, convirtiéndola en palabra viviente.
Nuestros hijos necesitan padres que entiendan su vida, su caminar, sus logros y propósitos en un mundo que crece con una cultura diferente, si no logramos adaptarnos a su forma de pensar para instruirlos, seguro que personas extrañas con estilos, principios y valores contrarios a los establecidos por Dios destruirán sus vidas.
Enseñando constantemente la palabra (v 7a)
“Estas palabras que yo te mando hoy” hace referencia a las sagradas escrituras. Nosotros debemos tomar la iniciativa de transmitir la verdad a nuestros hijos conforme a las escrituras, espacios como el devocional familiar semanal deben ser una prioridad en nuestro hogar, en caso de no estar el padre esa labor puede liderarla la madre o un familiar con madurez. La palabra “repetirás” nos da la idea de explorar con entusiasmo las verdades bíblicas, también significa enseñar con diligencia, sacrificio, persistir enseñando con solidez, sin darse por vencido, practicar con regularidad sin dejar de hacerlo porque esta práctica nos traerá mucha alegría y regocijo con el tiempo.
Para lograr este propósito de enseñar con entusiasmo y solidez es necesario capacitarnos, tomar cursos de Biblia y ministerio en la iglesia, adquirir textos cristianos que nos sirvan de apoyo y de defensa para alimentar nutritivamente y con agrado a nuestros hijos. Podemos utilizar series sobre las parábolas, David y Goliat, las diez plagas, la creación, sobre la vida de Jesús, su muerte y resurrección. También sobre temas particulares de la realidad cotidiana que tienen que ver con sus necesidades e intereses como la amistad, el noviazgo, la vocación, la sexualidad entre otros. Esto significa que debemos organizar adecuadamente nuestras prioridades y nuestro tiempo, porque la enseñanza debe ser intencionada, preparada con tiempo y con un propósito.
Levantemos en nuestro hogar una iglesia viviente (v 7b-9)
Busquemos un ambiente en nuestra familia donde estas palabras “primordialmente” sean objeto de enseñanza y práctica. Que todas nuestras actividades se conviertan en oportunidades para transmitir verdades bíblicas y fortalecer el amor hacia Dios. Cuando el texto dice: “y las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas” sugiere estrategias para mantener la palabra ante la vista de nuestra familia. Podemos utilizar adivinanzas, acrósticos, láminas, videos, CD, escaleras bíblicas, una noche de observación de estrellas para hablar sobre la creación, entre otros.
Este pasaje nos ofrece un modelo pedagógico para formar a las futuras generaciones evitando que se desvíen del camino de Dios, por eso nos enseña los componentes educativos para aplicarlos como familias saludables.
La Biblia declara al hogar como el lugar donde confluyen toda las experiencias humanas y donde se producen las primeras y más duraderas influencias. Por eso como padres somos responsables de lo que transmitimos a nuestros hijos pues nuestro corazón se convierte en el libro abierto que los hijos leen y practican.
Por: Carlos Lenis
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