Imagine por un momento que usted ya no pudiera caminar, pensar o aprender como siempre lo ha hecho. Que sus ojos no pudieran ver el mundo, o sus oídos no pudieran escuchar una palabra más. Y si además no tuviera fe, ¿cómo sería su vida?, ¿qué anhelo llenaría su corazón?, ¿encontraría paz?, ¿tendría esperanza?